¿Qué es la leishmaniosis canina?
La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria producida por un protozoo, Leishmania infantum; se transmite por vectores, mosquitos de la familia de los flebotomos; afecta sobre todo a perros, pero también se han visto algunos casos en la especie felina. Esta enfermedad se encuentra en todos los continentes.
Tiene una importante repercusión en la salud pública, ya que se trata de una zoonosis; esto quiere decir que puede transmitirse de la población canina a las personas, pero no por contacto directo, como sería por ejemplo el caso de la rabia, sino por la picadura del mosquito.
¿Qué síntomas produce la leishmaniosis canina?
Adelgazamiento e inapetencia.
Lesiones ulcerativas o nodulares en piel o mucosas. La afectación que aparece de manera más habitual es la pérdida de pelo alrededor de ojos, orejas y nariz.
Linfadenomegalia o aumento del tamaño de los ganglios, sobre todo de los poplíteos.
Onicogriposis o crecimiento exagerado de las uñas.
Blefaritis o inflamación de los párpados.
Cojeras, debido a la poliartritis que ocasiona el acantonamiento del parásito en las articulaciones.
Epistaxis o sangrado nasal.
Trastornos renales, gastrointestinales (diarreas, vómitos) y alteraciones neurológicas en cuadros de la enfermedad avanzados, aunque no siempre aparecen.
¿Cómo se diagnostica la leishmaniosis canina?
El test serológico (inmunocromatografía) es el método más habitual. Se toma una pequeña cantidad de sangre y en 15 minutos determina la presencia o no de anticuerpos. Es un método menos fiable para infecciones más tempranas donde aún se tienen bajas cantidades de anticuerpos, o bien están en fase de incubación (de 3 a 18 meses).
Existen técnicas directas que determinan la presencia del parásito tras la punción de médula o ganglio linfático, en las cuales, se observan los amastigotes de leishmania (una de las formas del parásito), tras teñir la muestra tomada y observándola al microscopio, pero resultan más difíciles en el manejo, y se dejan para casos concretos.
¿Cómo se puede prevenir la leishmaniosis canina?
Es muy importante seguir las pautas preventivas recomedadas por los veterinarios, no solo en animales sanos, sino también en aquellos que estando infectados no muestran síntomas y pueden ser el reservorio de transmisión del parásito a un nuevo flebótomo.
Collares antiparasitarios y pipetas disminuyen o evitan el contacto con el mosquito.
En la actualidad existe una vacuna que minimiza el riesgo de infección y cuadros clínicos más leves en caso de infección. Se puede administrar a partir de los 9 meses; antes de poner la primera dosis, hay que hacer un test rápido en sangre, el cual debe dar negativo (detectaría los portadores asintomáticos).
En zonas endémicas, evitar tanto que duerman al aire libre como paseos en momentos de actividad del mosquito, que suele ser al amanecer y al atardecer. Se deben evitar también las zonas húmedas.
Es recomendable hacer chequeos periódicos en el veterinario, principalmente después de los periodos de actividad del mosquito, tras la época estival, una correcta anamnesis y exploración física, acompañado de un test serológico.